Evolucionar, opinar y respetar

No creo que Xavi sea un niñato. Esta es una de las muchas lindezas que le han dedicado, pública y privadamente. A lo sumo, lo único que se le puede recriminar es no haber hecho un estudio previo antes de escribir su artículo, un artículo que, leído entero, y en su contexto, sólo nos muestra la visión desde el exterior que se tenía de nuestra “Ciudad Badia” antiguamente. Una visión que para los que hemos crecido aquí, nunca respondió a nuestra realidad, por mucho que se empeñaran los medios de comunicación, aquellos y aquellas, no todos, que optaron por llevar a sus hijos e hijas a estudiar fuera, gracias a esa pequeña minoría que cuando se le preguntaba de donde era, decía, sin ruborizarse, que era de Barberá.

No busco hacer la pelota a nadie, sé que él tampoco, y creo que es simplificar mucho afirmar que se está haciendo un lugar en las próximas listas electorales. Imaginémonos que a todas aquellas personas que, hoy por hoy, están escribiendo en distintos medios sus opiniones, les empezáramos a catalogar como pelotas del gobierno municipal o de un determinado grupo de la oposición, y que por lo tanto, lo único que persiguen es un espacio en una determinada lista electoral; cosa que por otra parte considero lícita. Nadie nos obliga a compartir las opiniones de los demás, pero si personal o moralmente nos deberíamos obligar a respetarlas y/o discrepar con educación.

Llegué a Badia con dos años, y tengo treinta y cinco. He crecido con la ciudad y he visto su transformación a lo largo de estos años; una transformación impulsada en un principio por una sociedad civil activa y combativa, que unida consiguió dotar a nuestra ciudad de servicios imprescindibles y que sirvieron como base a un segundo impulso que se dio con el nacimiento de nuestro ayuntamiento.

Es curioso, durante este año celebramos los treinta años de ayuntamientos democráticos. Para Badia no han sido treinta, nuestro Ayuntamiento nació hace tan sólo quince años, aquel 14 de abril de 1994. Antes de esa fecha las distintas administraciones nos maltrataron y nos abandonaron a nuestra suerte. Aún recuerdo las palabras del ya desaparecido Alcalde de Sabadell, “¿cómo queréis ser independientes si no podéis enterrar a vuestros muertos?”. Esos fueron, entre otros, los grandes apoyos que recibimos; sin distinción de partidos o instituciones.
Y existe una realidad que nadie puede negar, y no lo digo yo, lo dicen aquellos que un día abandonaron”Ciudad Badia” y que años después regresaron… “a Badia del Valles, no la reconoce ni la madre que la pario”.

Como decía, nuestra ciudad vivió una segunda transformación de la mano del Ayuntamiento, de nuestra institución, la de todos y todas, gracias en buena parte, a tener unas bases sólidas, construidas sobre la lucha y la reivindicación de una ciudadanía que quería, que quiere, dejar de ser un barrio y ser un pueblo.

Ahora debemos mirar hacia delante, sin olvidar lo que fuimos y lo que somos, reconociendo el trabajo de unos y otros. ¿Por qué no una plaza o un parque, en memoria de esa lucha vecinal, reivindicando su memoria y reconociendo su valor?

Badia necesita fortalecer los lazos entre su sociedad civil y su institución, nos necesitamos los unos a los otros, ésta es sin duda la gran apuesta de futuro.