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miércoles, 14 de octubre de 2009

Conciliar la vida familiar y política

Puede parecer sencillo, pero no lo es, es muy difícil, conciliar la vida familiar, el trabajo con la dedicación política.

La política, es un terreno, que históricamente ha sido netamente masculino, y en el que la mujer no entraba, no estaba invitada. Esto, afortunadamente y no sin muchas luchas, ha ido cambiando y ahora sería inconcebible una democracia sin la participación del cincuenta por ciento de la población, pero no solo se consigue siguiendo al pie de la letra el espíritu de la ley, es necesario que en el día a día se cambien los parámetros de funcionamiento, que la dedicación política no signifique la renuncia al resto de espacios, personales y profesionales.
Son los pequeños gestos los que impulsan una transformación real y bien asentada de la sociedad, y es aquí donde debemos incidir, organizando mejor el tiempo político, eliminando reuniones estériles y largas, las reuniones de trabajo deben tener un horario de inicio y de finalización y con unos objetivos claros y concretos. No pueden celebrarse a las 20 horas ni terminar a las 21:30, estos no son horarios que permitan la conciliación familiar, ni para ellas ni para nosotros.

Seguramente existen muchos más ejemplos y mejores, pero creo que este me sirve para ilustrar un temor y un deseo, mi temor es que mujeres con una gran valía, renuncien al espacio político por no facilitarles la posibilidad, real, de conciliación, y un deseo, que los hombres sepamos apreciar y valorar el esfuerzo realizado por parte de ellas y que nos demos cuenta que la conciliación familiar es cosa de tod@s.