Visitas

martes, 1 de enero de 2013

2013, el año de la reacción


Y con las 12 campanadas hemos dejado el 2012 tras nosotros; entre brindis y buenos deseos un año que para la mayoría ha sido horrible, para olvidar o guardar en el recuerdo como aviso para futuras generaciones.

Tenemos muchas esperanzas puestas en este nuevo año 2013, seguramente estas esperanzas no tienen más base que la necesidad en creer que la situación no puede ir a peor y que ahora sólo toca ir a mejor. Es una cuestión de supervivencia.

Yo espero que este año sea el año de la "reacción", el año en el que las nubes que cubren el horizonte empiecen a despejarse y empiecen a darse los cambios que necesitamos, que queremos.

Las personas sufren y las ciudades también lo hacen, la nuestra lo está haciendo de forma especial, ni el entorno ni las instituciones nos están poniendo las cosas fáciles, y eso merma nuestra capacidad para afrontar los problemas del día a día.

Espero que el 2013 sea algo más sencillo, aunque asumamos que no existen las cosas sencillas y todo necesita de un esfuerzo colectivo e individual.

Me propongo no bajar los brazos ante las adversidades, agudizar el ingenio, ser más creativo y buscar nuevas maneras de hacer, de ver, de oír y de explicar los problemas con los que día a día me enfrento.

No tener ningún complejo a la hora de aceptar que las mejores soluciones no son siempre las mías o las tuyas, sino aquellas que den con la mejor solución posible al problema con el que nos enfrentamos, que son muchos y variados, y lo mejor es hacerlo de uno en uno, sin prisa pero sin pausa.

Nos queda todo el año por delante para cambiar y mejorar las cosas, de percibir que hemos recuperado la confianza en nosotros, en la politica y en el futuro. Para ello debemos modificar aptitudes, abrirnos a otras formas de hacer y encarar con firmeza los problemas.

No hay comentarios: