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jueves, 3 de noviembre de 2011

¿Qué pasa con Grecia?

Cuanto más leo o escucho sobre Papandreu y su propuesta de referéndum, menos entiendo; cuánta razón tiene Daniel Innerarity en su último libro. Cree que en lugar de vivir en una sociedad del conocimiento parece que lo hagamos en una sociedad del desconocimiento, mucha información al alcance de todos pero en realidad no llegamos a entenderla, a comprenderla. Y éste es mi problema, que conozco pero no comprendo el alcance real de la decisión de Grecia y el referéndum.

Por un lado y desde un punto de vista ideal, ¿Quién se puede oponer a que un Estado ejerza su soberanía nacional?¿Que decida consultar a sus conciudadanos a través de un referéndum?¿no tendría que ser un valor añadido que fortaleciera una decisión tan importante como ésta y cuyos efectos irán más allá de la generación actual?

También entendería que alguien reclamase un referéndum a nivel europeo, ¿Por qué sólo debe opinar una de las partes? Si, es cierto que son los que más van a sufrir las consecuencias, pero eso no les convierte en únicos protagonistas de esta decisión, ¿qué votarían los alemanes? ¿Y el resto? ¿y si lo griegos dicen sí y los alemanes no?

Una de las cosas que me llaman la atención es la falta de unidad, ya no sólo del gobierno griego, sino también del partido del gobierno, lo que me lleva a pensar si no será idea de uno de los protagonistas de la obra, que se ha improvisado antes del ensayo general. Papandreu, ¿qué buscas con todo ésto?

De entrada, y con todas las dudas del mundo, creo que es lícito que Grecia quiera hacer un referéndum y al mismo tiempo me parece irresponsable por el momento elegido, por la falta de claridad y de consenso interno que despierta la propuesta.

Para no parecer un salvavidas personal de Papandreu, debería haberlo dicho mucho antes, pública y privadamente, haber buscado los apoyos internos y externos necesarios, ya es bastante esperpéntico toda esta obra, como para añadirle a última hora saltos mortales al espectáculo, porque lo que si tengo claro es que en este teatro, ni actores (protagonistas y secundarios) ni espectadores contamos con una red de protección, y en estos momentos de incertidumbre no disponer de una da miedo.

Después de escribir todo esto, las noticias se van sucediendo, parece ser que Papandreu puede que no continúe en su empeño, que el referéndum no se celebre y que se constituya un gobierno de unidad nacional. Seguramente todo ésto se transforme en otra cosa mañana, pero la verdad que para este viaje no se necesitaban alforjas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Molt interessant la reflexió. El problema és sempre el mateix: precipitació i improvització. Evidentment fer consultes populars és important. Tot allò que impliqui promoure la participació ciutadana dins l'engranatge ddemocràtic és bo i s'ha de defensar. Ara bé, cal distingir quan un líder polític promou un referendum per fer partíceps als ciutadans d'un tema important, de quan el mateix líder utilitza això mateix com a maniobra política barroera. L'anterior govern grec va actuar de forma irresponsable, i l'actual ho continua fent. Quin és el pla b del possible referendum que ja s'ha retirat? Quines opcions reals hi havia? I les conseqüències de les opcions diverses? Sí al referendum. I coincideixo amb tu en què cal un referendum sobre el present i futur del parlament europeu i d'europa com a estructura política. Però en el cas grec, no al referendum així i ara.