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miércoles, 18 de julio de 2007

DIGO QUE YO NO SOY UN HOMBRE PURO

yo no voy a decirte que soy un hombre puro
entre otras cosas
falta saber si es que lo puro existe.

O si es, porgamos, necesario.
O posible.
O si sabe bien.

¿Acaso has tú probado el agua químicamente pura,
el agua de laboratorio,
sin un grano de tierra o de estiércol,
sin el pequeño excremento de un pájaro,
el agua hecha no más de oxígeno e hidrógeno?
¡Puah!, qué porquería.

yo no te digo pues que soy un hombre puro,
yo no te digo eso, sino todo lo contrario.
Que amo (a las mujeres, naturalmente,
pues mi amor puede decir su nombre),
y me gusta comer carne de puerco con papas,
y garbanzos y chorizos, y
huevos, pollos, carneros, pavos,
pescados y mariscos,
y bebo ron y cerveza y aguardiente y vino,
y fornico (incluso con el estómago lleno).

Soy impuro ¿qué quieres que te diga?
Completamente impuro.
Sin embargo,
creo que hay muchas cosas puras en el mundo
que no son más que pura mierda.
Por ejemplo, la pureza del virgo nonagenario.
La pureza de los novios que see masturban
en vez de acostarse juntos en una posada.

La pureza de los colegios de internado, donde
abre sus flores de semen provisional
la fauna pederasta.
La pureza de los clérigos.
La pureza de los académicos.
La pureza de los gramáticos.
La pureza de los que aseguran
que hay que ser puros, puros, puros.
La pureza de los que nunca tuvieron blenorragia.
La pareza de la mujer que nunca lamió un glande.
La pureza del que nunca succionó un clítoris.
La pureza de la que nunca parió.
La pureza del que se da golpes en el pecho, y
dice santo, santo, santo,
cuando es un diablo, diablo, diablo.
En fin, la pureza
de quien no llegó a ser lo suficientemente impuro
para saber qué cosa es la pureza.

Punto, fecha y firma.
Así lo dejo escrito.



Nicolás Guillén

3 comentarios:

David Sanuy Sales dijo...

Cojonudo, un gran ejercicio de pragmatismo. Me encanta.

#inèditviable dijo...

Sí es bueno el poema. Pero... ahí van algunas reflexiones acerca de la poesia, en general.

1. La revolución, el acto de amor y el acto de poesía no son incompatibles.

2. Urge una revolución poética de símbolos grandes y aguerridos vanguardia del espíritu, de la sensibilidad, de la poesía. Poesía para organizarse, congregarse, unirse, participar, comunicarse… insurrección, revolución, revolver, perturbar y sobre todo construir. Revolución permanente. Esta idea de revolución unida a la poesía no es otra cosa que la poesía al servicio de la revolución. La comprensión de esta premisa complementa toda nuestra táctica y estrategia… mostrar al amor como una ceremonia (un lenguaje) que no se realiza a espaldas de la sociedad y que es una necesidad primordial para una vida que se dignifique en y con la lucha. Lucha en primera y última instancia con amor revolucionario en un mundo en transición hacia un amor revolucionario permanente.

3. ¿Será pedir mucho que todos nuestros poemas giren por la palabra Revolución. Por una Revolución que impulse para salir de los marcos desesperantes de la vida miserable, la debilidad y la impotencia?

Fernando Buen Abad Domínguez

tetxu dijo...

Excesivamente rudo a nivel estetico para mi gusto (la etica i la estetica no tienen xq ir ligadas en perfecta armonia), lo que no significa que este abonada a la mogigateria. Me quedo con la idea final, la pura quizas...Creo que no! Algunos huimos de ella pues su servitud no te lleva a ser mejor persona sino más esclavo i mas lejos de la revolución personal (que es la unica a la que hoy dia podemos aspirar). Caballeros las utopias han muerto, y con ellas la pureza!