Han tardado, y seguramente los motivos para dar el paso no han sido desinteresados, pero al final PP y PSOE se han sacado la cera de los oídos y han decidido darse cuenta de lo obvio, que los desahucios son una sangría que está llevando a las personas a la mayor de las desesperaciones, la pérdida de su hogar, el sacrificio de toda una vida.
Los afectados, la ciudadanía, se ha sentido huérfana, se han visto obligadas a auto-organizarse, (PAH), para no encontrarse solos ante las cajas y bancos que sin ningún tipo de complejos han ido ejecutando los procesos de desahucios. Deben salvar sus balances anuales.
En frente se han encontrado a vecinos, amigos, desconocidos, que han acompañado y se han puesto entre la policía y su vecino, que han ocupado sucursales, en definitiva han conseguido no sólo impedir las ejecuciones o forzar los acuerdos, sino que han conseguido situar el foco de la noticia sobre el problema.
Nunca es tarde, cuando la dicha es buena. Quiero creer que durante las próximas semanas el grupo de expertos, el congreso, el gobierno, los partidos, sean valientes y saquen a delante una reforma de la ley hipotecaria, que piense en las personas y no en los balances, que de un respiro a la ciudadanía, a los afectados, que aquello de que saldremos de la crisis todos juntos o no saldremos, sea una realidad, que nadie se quede en el camino.
A los dirigentes de mi partido les quiero decir que no son necesarias las encuestas para saber que algo no estamos haciendo bien, que necesitamos tener los pies en la tierra, pisar el asfalto, la calle, decidir junto a quien queremos estar día a día, y no solo en campaña, y que nuestros actos acompañen siempre nuestras palabras.
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