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miércoles, 21 de febrero de 2007

Trincheras (I)

"nadie puede se feliz sin participar en la
felicidad pública, nadie puede ser libre sin la experiencia de la
liberd´pública, y nadie, finalmente, puede ser feliz o libre sin implicarse y
formar parte del poder político".

Hanna Arendt



Quedan unas trece semanas para las elecciones municipales, creo que las más importantes de las que se celebran por la proximidad entre el elector y el electo, por la cercanía de los problemas al ciudadano y las propuestas de los partidos políticos. Creo sinceramente que, sin entrar en matices, la política es buena. Para Aristóteles, política y ciudad eran una misma cosa y aquel que viviese fuera de la ciudad y de la política, o bien era más que un hombre o bien era inferior a un hombre. Con ciertos matices coincido con él.
Seguramente durante las próximas semanas irán apareciendo un sinfín de rumores, de propuestas y, por supuesto, de candidatos y candidatas. La nuestra no es una ciudad diferente a las demás, tenemos nuestras propias problemáticas y espero poder ver cuáles son las soluciones que se plantean desde los distintos puntos de vista.
El gran enemigo de estas elecciones no será otro partido político, es y será la abstención. Algunos generadores de opinión, que en Badia también los tenemos, ya han apuntado en alguna ocasión la alta abstención que normalmente hemos sufrido en diferentes procesos electorales. Comparto con ellos su preocupación, aunque creo que lo que motiva esa desafección del ciudadano frente a la política tiene raíces profundas y seguramente influyan muchos elementos. Quizás merecería un monográfico completo por mí parte y, claro está, por la de todos aquellos y aquellas que quieran aportar su granito de arena. De todas formas quiero invitar a todos los ciudadanos y ciudadanas a que participen en las próximas elecciones municipales. El voto, aunque para alguna gente se encuentre devaluado, es imprescindible en la construcción de nuestra democracia, entendiendo que la democracia representativa tal y como la practicamos, es insuficiente.
Leí hace poco la despedida que un miembro del consistorio realizaba en la revista de su partido, no se presenta a estas elecciones. En ella destacaba que se marchaba “decepcionado de la política”. Yo soy de la opinión de que en la política, y más en la municipal, el factor humano es fundamental para construir consensos. Opino que las formas de hacer política deben mejorar sin duda y, finalmente, mi impresión de esta etapa es buena, principalmente por el solo hecho de haber mejorado en algo la calidad de vida de nuestro pueblo.
Para finalizar, deseo que durante estas semanas se hable de política y no nos dediquemos a lanzarnos medias verdades, a no utilizar atalayas seguras desde las que atacar escribiendo sólo lo que nos interesa de la realidad que vivimos con el único objetivo de desprestigiar. Los portavoces, sean del grupo que sean, deberían intentar dar su punto de vista sin necesidad de no contar las cosas tal y como sucedieron, esto no quita que tengan razón o no, simplemente creo que las formas son importantes y que en política lo son todavía más.


2 comentarios:

#inèditviable dijo...

Badia como Marinaleda
Si creemos en la política, ¿por qué no HACEMOS Política de verdad?
En mayúscula y en plural.

Como muestra un botón.

Os recomiendo una acto interesante:
El proper diumenge 25 de febrer a les 12h. al Teatre Auditori de Ripollet (plaça 11 de setembre) l’Alcalde de Marinaleda (Juan Manuel Sánchez Gordillo) farà una xerrada l’experiència de lluita municipal i de democràcia participativa, especialment pel que fa a l’habitatge social, que porten a terme al municipi de Marinaleda, Sevilla.

Si quereis saber más:
- Andalucía entera como Marinaleda
- Entrevista con el Juan Manuel Sánchez Gordillo, Alcalde de Marinaleda
“En Marinaleda, un joven accede a una vivienda pagando quince euros al mes”

#inèditviable dijo...

Algunes consideracions al respecte:

1. La selecció se representants i la toma de decisions no han canviat des de fa dos-cents anys. Els problemes que tenim, tenen poc en comú amb estructures de decisió i administratives pensades per a d’altres temps i per a d’altres tipus de problemes.

2. La democràcia no pot durar només quatre minuts cada quatre anys.

3. No tindrem una democràcia plena fins que els governants no tinguin una manera de "governar" que tracti la gent com persones intel·ligents i implicades i que, per tant, comparteixin poder i responsabilitat.